25 de febrero
EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS, DÍA A DÍA
Uno de los mejores libros de todos los tiempos!!!
Autor: Allan Kardec
226.
Se puede decir que todos los Espíritus desencarnados se encuentran de tránsito
en la dimensión espiritual?
-“Solamente
aquellos que deben reencarnar; los Espíritus puros que han superado el estado
de corporeidad, no: el estado de Espíritu de estos es definitivo”-.
Respecto a las cualidades íntimas, los
Espíritus, como hemos visto, son de varios órdenes que ellos recorren
sucesivamente a medida que se purifican. En cuanto a su estado, pueden encontrarse
encarnados, es decir, unidos a un cuerpo material, y libres, en la dimensión
espiritual, es decir, emancipados del cuerpo físico y en espera de una nueva
encarnación para el propio mejoramiento; puros, como decir relativamente
perfectos y ya no más sometidos a la encarnación.
COMENTARIO
EXEGÉTICO DE GIUSEPPE ISGRÓ C.:
Cuando
se menciona el hecho de que, los Espíritus, habiendo alcanzado un determinado
grado de pureza, y perfección evolutiva, ya no están obligado a reencarnar,
debe entenderse que ya no están obligado a reencarnarse con fines de expiar,
compensando, deudas kármicas de existencias pasadas. Es decir, que se han
liberado de compromisos que les hacía necesario reencarnar a tales efectos a
los fines de compensar, cancelando sus respectivas deudas. Habiendo quedado
libres de tales deudas, los Espíritus no se encuentran obligado a hacerlo con
tales finalidades kármicas, adquieren una autonomía que trasciende toda
obligación con otros seres, Empero, este grado de autonomía y de libertad no
implica de que ya jamás deban volver a reencarnar. Esto es preciso descartarlo
absolutamente. Existen otras condiciones que obligan a los Espíritus a
reencarnarse, como son:
I. El
progreso eterno e infinito, en el cual el Espíritu elabora su propio plan de
desarrollo, mediante el cual coopera en la realización de la Gran Obra cósmica.
II. El
plan de estudio existente en cada mundo, al cual, cada Espíritu se encuentra
adscrito, en un momento dado, por propia elección, o por el grado evolutivo
alcanzado, que le ubica, automáticamente, en un determinado grupo, ejerciendo,
siempre, su libre albedrío, o facultad de autonomía.
III. Por
misión autoimpuesta, de cooperar con humanidades que precisan de un instructor
en el nivel alcanzado por determinado Espíritu.
IV. Por
misión asignada por los Regidores Cósmicos, en un determinado mundo, y
libremente aceptada por el Espíritu en particular.
V. Cualquier
otra condición en que, los Espíritus, por la ley de la solidaridad, se
encuentran obligados, moralmente, por la propia conciencia, a cooperar con las
humanidades que lo precisan, lo cual, no deja de ser, al mismo tiempo, una
oportunidad de crecimiento espiritual, ya que, tales misiones, les facultan
para poner en práctica, sus conocimientos, experiencias y visión de desarrollo
alcanzado.
VI. Esto
nos permite ver que, a partir de cierto grado evolutivo, el Espíritu queda en
libertad de cooperar por libre elección en la parte de la Gran Obra que mejor
se adapte a su experiencia y conocimiento, optimizando su vocación de servicio
y aptitudes.
VII. Por
otra parte, el Espíritu va percibiendo áreas determinadas en las cuales precisa
fortalecerse, y desarrollarse, en un mejor nivel, por lo cual, elige
existencias físicas, a tales efectos, por propia iniciativa, ya que el afán
evolutivo es incesante en la propia conciencia. Tomemos en cuenta de que, en la
dimensión espiritual, los Espíritus, bajo la dirección de los respectivos
guías, visitan los mundos más avanzados que implican los siguientes grados de
desarrollo en su escala evolutiva. De lo que allí observan, eligen libremente,
aquellas áreas por las cuales se sienten identificados. Las unas para optimizar
sus facultades y aptitudes desarrolladas. Las otras, para desarrollar las que
lo precisan.
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