lunes, 19 de agosto de 2013

19 de agosto




19 de agosto

Comentarios exegéticos
sobre El Libro de los Espíritus, de Allan Kardec:

La obra cumbre del pensamiento universal:

37. El universo ha sido creado, o existe desde toda la eternidad como Dios?
-“Ciertamente no ha podido hacerse por sí mismo; y si existiría desde toda la eternidad como Dios, no podría ser la obra de Dios”-.
La razón nos enseña que el universo no pudo hacerse por sí mismo, y que no pudiendo ser la obra del acaso, debe ser la obra de Dios.


domingo, 18 de agosto de 2013

DÍA A DÍA: 18 de agosto





DÍA A DÍA: 18 de agosto

Comentarios exegéticos
sobre El Libro de los Espíritus, de Allan Kardec:

La obra cumbre del pensamiento universal:

 36. Existe el vacío absoluto en algún punto del espacio?
-“No. Lo que es vacío para vosotros, se encuentra ocupado por una materia que escapa a vuestros sentidos y a vuestros instrumentos”-.


DÍA A DÍA: 17 de agosto




DÍA A DÍA: 17 de agosto

Comentarios exegéticos
sobre El Libro de los Espíritus, de Allan Kardec:

La obra cumbre del pensamiento universal:

35. El espacio universal es infinito, o limitado?
-“Infinito. Si tuviese límites, qué habría más allá? Bien sé, que esto confunde vuestra razón; pero, ella misma os dice que no puede ser de otra manera. Así es el infinito en cada cosa. No es de vuestro pequeño mundo comprenderlo”-.
Suponiendo un límite en el espacio, por cuanto lejano pueda concebirlo el pensamiento, la razón dice que más allá de este límite debe existir algo, y de esta manera de grado en grado hasta el infinito, por cuanto este algo, aunque fuese el vacío absoluto, sería siempre espacio.


DÍA A DÍA: 16 de agosto




DÍA A DÍA: 16 de agosto

Comentarios exegéticos
sobre El Libro de los Espíritus, de Allan Kardec:

La obra cumbre del pensamiento universal:

34. Las moléculas tienen una forma determinada?
-“Sin duda tienen una forma; pero, vosotros no podéis percibirla”-.
Esta forma es constante, o variable?
-“Constante para las moléculas elementales primitivas; variables para las moléculas secundarias, las cuales no son más que aglomeraciones de las primeras, por cuanto  lo que vosotros llamáis molécula, está todavía lejos  de ser una molécula elemental”.


DÍA A DÍA: 15 de agosto




DÍA A DÍA: 15 de agosto

Comentarios exegéticos
sobre El Libro de los Espíritus, de Allan Kardec:

La obra cumbre del pensamiento universal:


33. La misma y única materia elemental se encuentra en condiciones de recibir todas las modificaciones y de adquirir todas las propiedades?
-“Sí, y es en este sentido que debéis interpretarnos, cuando decimos que el todo está en el todo (*).
El oxígeno, el hidrógeno, el nitrógeno, el carbono y todos los cuerpos que nosotros consideramos como simples, no son más que modificaciones de una misma sustancia primitiva. Pero, como es imposible llegar a ésta más que con el pensamiento,  estos cuerpos son para nosotros verdaderos elementos, y podemos, sin ningún prejuicio, considerarlos como tales hasta nuevas disposiciones.
Esta teoría, pareciera dar razón quienes opinan que en la materia solamente existen dos propiedades esenciales: la fuerza y el movimiento, y piensan que todas las otras propiedades son simples efectos secundarios, los cuales varían según la intensidad de aquella y la dirección de éste.

(*) Este principio explica el fenómeno, conocido por todos los magnetizadores, de poder dar, con la voluntad, a cualquier sustancia, por ejemplo, al agua, propiedades muy diversas, con un gusto determinado, y también las cualidades activas de otras sustancias. Por cuanto no existe más que un solo elemento primitivo, y las propiedades de los diferentes cuerpos no son más de modificaciones de él, resultando que la sustancia más inocua tiene el mismo principio de la más nociva. Así el agua, que está formada de una parte de oxigeno y de dos de hidrógeno, se vuelve corrosiva, si se dobla la proporción del primero. Una análoga transformación puede producir la acción magnética dirigida por la voluntad.


miércoles, 14 de agosto de 2013

DÍA A DÍA: 14 de agosto


DÍA A DÍA:

Comentarios exegéticos
sobre El Libro de los Espíritus, de Allan Kardec:

La obra cumbre del pensamiento universal:
14 de agosto


32.      Entonces, los sabores, los olores, los colores, el sonido, las cualidades benéficas y saludables de los cuerpos, -no serían más que modificaciones de una misma sustancia primitiva?
-“Sí, ciertamente, y no existen más que por la disposición de los órganos destinados a percibirlos”-.
Este principio está demostrado por el hecho de que no todos perciben en el mismo modo las cualidades de los cuerpos: uno encuentra una determinada cosa agradable a su gusto, otro la encuentra desagradable; algunos ven azul lo que otros ven rojo; lo que es veneno para unos es inocuo, e incluso saludable, para otros.


martes, 13 de agosto de 2013

DÍA A DÍA CON LA VERDAD UNIVERSAL: 13 de agosto



DÍA A DÍA CON LA VERDAD UNIVERSAL:

Comentarios exegéticos
sobre El Libro de los Espíritus, de Allan Kardec:

La obra cumbre del pensamiento universal:
13 de agosto

31.         De donde provienen las diversas propiedades de la materia?
-“De las modificaciones, a las cuales las moléculas elementares están sujetas para su unión y en determinadas circunstancias”.


lunes, 12 de agosto de 2013

DÍA A DÍA CON LA VERDAD UNIVERSAL: 12 de agosto




DÍA A DÍA CON LA VERDAD UNIVERSAL:

Comentarios exegéticos
sobre El Libro de los Espíritus, de Allan Kardec:
La obra cumbre del pensamiento universal:
12 de agosto

30. -La materia consta de uno solo, o de más elementos?
-“El elemento primitivo es uno solo. Los cuerpos, que vosotros consideráis como sencillos, no son elementos verdaderos, sino modificaciones y transformaciones de la materia primitiva”-.

COMENTARIO EXEGÉTICO DE GIUSEPPE ISGRÓ C.

La fuente energética universal es una sola. Se ha mencionado, en diversas ocasiones, como los Espíritus elementales de la naturaleza, a partir de la energía, y de acuerdo a su propia índole y frecuencia vibratoria, condensan la energía y la manifiestan en materia, en la extensa gama de elementos conocidos y por conocer.
De ahí en adelante, de acuerdo a la ley cósmica, y a las respectivas leyes de la física, de la química y de la biología, entre otras, se manifiestan todas las variantes de la materia, en todas las vertientes posibles, de acuerdo con los planes trazados por el Gran Arquitecto del Universo.
De la misma tierra cada especie vegetal extrae su respectivo fruto, o substancia. Esa tierra, aparentemente uniforme, estaba conformada por múltiples elementos y substancias. Hay una inteligencia rectora, en cada elemento y substancia, que realiza ese trabajo, evolucionando ad infinitum en el proceso.
La energía cósmica, siendo la misma y única, aparentemente, contiene la esencia de todas las variables posibles, sin límites de ninguna clase. Es el trabajo de cada Espíritu, en los cuatro reinos naturales, que realiza esa labor, cada quien en su respectiva esfera mental, en la infinita espiral evolutiva. Cada uno de los cuatro reinos sirve de soporte para todos los demás, tanto en la dimensión física como en la espiritual.
Esa energía cósmica, pese a ser la misma, no contiene en sí misma toda la infinita gama vibratoria?
De ser así, cada uno de los Espíritus elementales de la naturaleza, al vibrar en su respectiva frecuencia, no extraería, de la misma energía universal, la que más, o mejor, se adapta a su propia frecuencia vibratoria?
Cada Espíritu de los cuatro reinos naturales se encuentra ubicado, en la dimensión espiritual, en su propia frecuencia vibratoria; es a partir de ese nivel vibratorio, en la eterna e infinita escala vibratoria del universo, que cada Espíritu elemental condensa la energía y la manifiesta en la dimensión física de la vida, base y soporte para la manifestación de los otros tres reinos naturales. De igual manera, para todas las gamas de combinaciones físicas, químicas y biológicas.
En Radiestesia se se sabe medir, con el instrumento pendular, el tono vibratorio de cada persona, animal, vegetal o elemento mineral, y ubicar, de esta manera, a cada quien, por su tono vibratorio, en el respectivo grado, en una circunferencia, entre el cero y los 360 grados. Con mayor detenimiento prospectivo, se ubicaría, también, a cada quien, en un círculo-nivel diferente, en la espiral evolutiva. 
Es a partir de ese tono vibratorio especifico, de cada persona, animal, vegetal o sustancia determinada, que el radiestesista realiza su trabajo de prospección, con precisión matemática. 
Podríamos concluir que cada Espíritu elemental, al igual que los demás Espíritus en los restantes reinos naturales, emprenden un camino a partir del grado cero de manifestación de la conciencia. Empero, en el eterno camino de Retorno del ser individual, en los cuatro reinos naturales, al Ser universal, cada Espíritu elemental va manifestando, a partir de la condensación de la energía, el respectivo elemento que le es inherente, en una materia más depurada, y sutil, (menos densa, hasta más trasparente, en algunos casos) tal como debe estar manifestada en los mundos inmensamente más evolucionados que el Planeta Tierra. 
Esto marcaría un proceso evolutivo, de ascenso en los estados y grados de conciencia, de cada Espíritu elemental, perfeccionando su trabajo de manifestación "elemental" en la dimensión física, siempre en un mejor nivel de depuración, y perfección.
Es decir, en un proceso evolutivo paralelo en los cuatro reinos de la naturaleza, en el cual cada reino se prepara para servir de soporte en el siguiente nivel, en la infinita escala de la polarización alquímica-espiritual del universo.
Es la infinita expansión de la Creación universal hacia mejores niveles de expresión de la Conciencia de la Divinidad en cada ser de los cuatro reinos de la naturaleza.  
Si se pudiese comparar el elemento hierro del planeta tierra con el de un mundo inmensamente más evolucionado que el Planeta Tierra, se observaría, seguramente, un estado de depuración, o cualidades inherentes al hierro más desarrolladas, para adecuarse a la realidad de aquel mundo. Esto indicaría que ese elemento hierro, al igual que los seres humanos de aquel mundo, también evolucionaron, adquiriendo mejores y más elevados niveles de conciencia, ya que todos los seres emanan a la conciencia individual, a partir de la Divinidad, en grado cero. Recordemos: En grado cero de manifestación, pero poseyendo en grado infinito, potencialmente hablando, todos los atributos divinos y poder creador de la Divinidad, que los va expresando, en grado equivalente, en la medida que afronta necesidades, deseos, o situaciones por resolver. Si persiste en la acción, expresará el conocimiento necesario y el poder para resolver toda situación, en cada caso, aunque tenga que repetir la acción miles de veces, hasta que adquiera el dominio suficiente para hacerlo bien, en un determinado nivel, para luego pasar al siguiente. Es la eterna polarización.
En cada nuevo mundo en que esa extensa familia de Espíritus elementales participe, lo harán a partir del grado de progreso evolutivo alcanzado en el mundo anterior. En cada mundo, cada ser de los cuatro reinos naturales alcanza un determinado grado de progreso, o estado de conciencia. 
Si esto no fuera así, a qué serviría todo ese inmenso trabajo que despliega cada ser, en los otros tres reinos naturales?


Tema por desarrollar

domingo, 11 de agosto de 2013

DÍA A DÍA CON LA VERDAD UNIVERSAL: 11 de agosto

  


DÍA A DÍA CON LA VERDAD UNIVERSAL:

Comentarios exegéticos
sobre El Libro de los Espíritus, de Allan Kardec:
La obra cumbre del pensamiento universal:
 11 de agosto


29. La ponderabilidad es un atributo esencial de la materia?
-“De la materia tal como vosotros la entendéis, sí; empero, no de la materia considerada como fluido universal. La materia etérea y sutil, que forma este fluido, cualquiera sea el principio de vuestra materia pesante, es para vosotros imponderable”-.
La gravedad es una propiedad relativa: si no hubiese la atracción de los mundos no habría peso, como no habría alto ni bajo.

COMENTARIO EXEGÉTICO DE GIUSEPPE ISGRÓ C.

La ponderabilidad de la materia significa que tiene peso, es decir: se puede pesar. Es la propiedad de la materia que determina que todo cuerpo esté sujeto a las leyes de la gravitación.
El peso de un cuerpo equivale a la fuerza con que es atraído hacia el centro de la tierra.
A medida en que un cuerpo se desplaza desde el ecuador hacia los polos, su peso aumenta.
Igualmente, el peso de los cuerpos disminuye hasta anularse, al alejarse de la tierra y llegar a una zona denominada: No gravitacional.
Al mismo tiempo, le hace susceptible a la atracción recíproca con otros cuerpos.
Dado que existe una materia más depurada como la del alma, o periespíritu, que es, pese a todo, materia quintaesenciada, fluídica, evidentemente su ponderabilidad le hace susceptible de estar sujeta a otro tipo de fuerza gravitacional. Por ejemplo, utilizando al alma como vehículo, el Espíritu puede desplazarse a la velocidad del “pensamiento”. La depuración del alma puede permitir al Espíritu encarnado una mayor percepción de la dimensión espiritual. O, proyectarse a mundos más evolucionados donde impera un nivel de frecuencia vibratoria acorde con un alma más depurada.
Evidentemente, la depuración del alma va acorde con la del Espíritu, quien incide a que la misma se manifieste, también, en su cuerpo, como mayor belleza o suavidad en los rasgos físicos.
Esta depuración del alma, como materia quintaesenciada, equivale a la suma espiritual acumulada por el Espíritu en sus incontables existencias materiales, en el planeta tierra, y en incontables otros mundos en que haya vivido.
Esa suma existencial ubica, o reubica, al Espíritu, en el orden cósmico que le corresponde, en el contexto de todas las cosas, regido por la ley de afinidad.
En ese nivel, la fuerza de atracción, o de repulsión, que se opera a nivel del alma, y del Espíritu, se interrelaciona a partir de los pensamientos, sentimientos, emociones, vibraciones, aura espiritual, y sensibilidad espiritual-anímica, que le circunscribe a esferas mentales-espirituales determinadas.
Todo va parejo: depuración espiritual-anímica,  que incide en los pensamientos, sentimientos, deseos, palabras, actos y práctica de todas las virtudes.
Se va pasando, gradualmente, a esferas mentales donde imperan niveles más depurados de Espíritus, en sus respectivos vehículos anímicos, o peri-espirituales.
La ponderabilidad es la propiedad de la substancia que conforma los distintos cuerpos, en la naturaleza, que le hace susceptible de tener peso, densidad y solubilidad. Dichos cuerpos pueden encontrarse, en un momento dado, en estado: Sólido, líquido o gaseoso. Y, por supuesto, en una variedad de estados, aún por conocer.
Hasta los pensamientos son considerados cosas, los cuales se encuentran sujetos a la ley de atracción y de repulsión.
El Espíritu piensa en imágenes, y éstas están, igualmente, sujetas a la ley de atracción y repulsión.
Los sentimientos, también están sujetos a las mismas leyes de atracción y repulsión. Es la fuerza que les impele, en algún grado, un determinado tipo de materia, o simplemente, energía?
Ya se ha visto, en otra parte, como las vibraciones del Espíritu condensan la energía y manifiestan determinadas expresiones físicas a nivel de los Espíritus elementales de la naturaleza. Empero, la ley rige en los cuatro reinos naturales, en las dimensiones: Espiritual y física.
La ciencia ha determinado otras propiedades de las substancias que conforman los cuerpos, como son:

A)       Forma, color, sabor, olor, impenetrabilidad, inercia, indestructibilidad, divisibilidad, organolépticas (apreciadas por los sentidos físicos), por su impresión al tacto, sonido, y propiedades químicas, que determinan acciones sobre otras substancias como descomposiciones y combinaciones, entre otras.

B)       Otras propiedades son:

1)       Masa, volumen, longitud y capacidad.
2)       Peso específico, dureza, índice de refracción y coeficiente de solubilidad.

Tema para desarrollar.



sábado, 10 de agosto de 2013

DÍA A DÍA CON LA VERDAD UNIVERSAL: 10 de agosto


DÍA A DÍA CON LA VERDAD UNIVERSAL:

Comentarios exegéticos
sobre El Libro de los Espíritus, de Allan Kardec:
La obra cumbre del pensamiento universal:
 10 de agosto


28. Por cuanto el Espíritu es, también él, alguna cosa, no sería más exacto y menos vago denominar a estos dos elementos generales materia inerte y materia inteligente?
-“Las palabras nos importan poco, a nosotros; precisad vuestro lenguaje de modo que os podáis entender. Vuestras disputas provienen casi siempre por estar en desacuerdo sobre el significado de los vocablos, por ser vuestra capacidad  insuficiente para expresar las cosas que dejan de entrar dentro de la percepción de vuestros sentidos”-.
 Comentario de Allan Kardec: Un hecho evidente domina todas las hipótesis, el cual es que vemos, por una parte, la materia no inteligente; por la otra, un principio inteligente que no depende de la materia. Pero, cuáles son el origen y las conexiones de estas dos cosas, lo ignoramos. Si tenemos o no un origen común, o puntos de contacto necesarios; si la inteligencia existe de por sí, o es solamente una propiedad, un efecto; si ella, según la opinión de algunos, es una emanación de la Divinidad; lo desconocemos. Materia e inteligencia nos parecen diferentes, por lo cual las vemos como dos principios que constituyen el universo. Por encima, además, de cada cosa, vemos una inteligencia que domina todas las demás, las gobierna, y se distingue por sus atributos esenciales; a esta inteligencia suprema, la denominamos Dios.

COMENTARIO EXEGÉTICO DE GIUSEPPE ISGRÓ C.

La materia y el Espíritu, constituyen partes de dos dimensiones diferentes: La física y la espiritual. Ya se ha estudiado como la materia es condensada a partir de la energía por el respectivo Espíritu elemental de la naturaleza. Por ejemplo: El hierro, la plata, el oro, el plomo, el estaño, etcétera.
Viendo más allá de las apariencias, en la materia inerte existe un estado vibratorio constante, que es el del Espíritu que lo trae a la manifestación física, y lo mantiene en ese estado. Es una energía en constante movimiento. Al separarse el Espíritu de la materia, se efectúa un proceso de desintegración de la misma y la energía que la conformaba retorna al depósito universal. El Espíritu, a su vez, queda libre de la materia y automáticamente se encuentra en la dimensión espiritual, en la frecuencia vibratoria que le es inherente.
En cuanto a la materia inteligente, lo es, en los cuatro reinos naturales, por el atributo de la inteligencia que posee el Espíritu que la anima, en determinado ser de los cuatro reinos naturales.
Todo el maravilloso proceso inteligente que realiza la materia, en cualesquiera de sus formas: mineral, vegetal, animal y humana, se lleva a cabo por la programación espiritual que se encuentra en el alma, como elemento de enlace, entre el Espíritu y el cuerpo y por la dirección del Espíritu en calidad de conductor. La diferencia entre las manifestaciones inteligentes en cada ser de los cuatro reinos naturales, se deben a las variaciones en el desarrollo de las aptitudes del respectivo Espíritu.
Estas variaciones en el grado de expresión de la inteligencia, entre un ser y otro de la misma especie, se debe a la desigualdad en el nivel evolutivo, o estado de conciencia, del Espíritu en cuestión.
Cada Espíritu tiene su propia historia. Si ha evolucionado más, lo expresará en el mayor desarrollo de sus aptitudes. Por supuesto, esas aptitudes, que constituyen capacidades de ver, comprender, hacer o dejar de hacer, entre otras cosas, denotan, claramente, esa diferencia evolutiva.
En toda materia inteligente, lo que se expresa es la inteligencia del Espíritu que la anima.

A su vez, toda inteligencia individualizada, es el mismo atributo divino que posee el Ser Universal, o Divinidad. 


Tema en desarrollo:

viernes, 9 de agosto de 2013

DÍA A DÍA CON LA VERDAD UNIVERSAL: 09 de agosto


DÍA A DÍA CON LA VERDAD UNIVERSAL:

Comentarios exegéticos
sobre El Libro de los Espíritus, de Allan Kardec:
La obra cumbre del pensamiento universal:
09 de agosto

27. De tal modo, habrían dos elementos generales en el universo: la materia y el Espíritu?
-“Sí, y, por encima de ellos, Dios, Creador de cada cosa. Es aquí el principio de todo cuanto existe, la triada del universo. Empero, al elemento materia es preciso agregar el fluido universal, que constituye la parte intermedia entre el Espíritu y la materia propiamente dicha, la cual es muy densa para que el Espíritu pueda actuar directamente sobre ella”.
-“Este fluido, aunque, en cierto modo, haya que considerarlo como parte del elemento material, se diferencia por algunas propiedades especiales”.
-“Si este fluido fuese materia, no habría razón para no suponer como tal también al Espíritu. Se encuentra entre el Espíritu y la materia; es fluido, como la materia es materia, y, por las innumerables combinaciones con ésta, bajo la acción del Espíritu puede producir una infinita variedad de cosas, de las cuales vosotros solamente conocéis una pequeñísima parte”.
-“Este fluido universal o cósmico, o primitivo, o elemental, como el agente de quien se sirve el Espíritu, es el principio sin el cual la materia quedaría en estado de perpetua disolución, y no conquistaría jamás los caracteres que le dan la gravedad”-.
Este fluido sería, quizá, aquel que nosotros definimos con el nombre de electricidad?
-“Hemos dicho ya que puede producir innumerables combinaciones. Los agentes físicos que vosotros denomináis  fluido eléctrico y fluido magnético, son simples modificaciones del fluido cósmico, el cual, propiamente hablando, no es sino materia más noble, más sutil que la propiamente denominada así”-.

COMENTARIO EXEGÉTICO DE GIUSEPPE ISGRÓ C.

Quizá sería más propicio decir: Espíritu, Alma -elemento de enlace- y Materia, -condensación de energía-.
El Espíritu, como emanación de la Divinidad, sin separarse de la Divinidad y sin dejar de ser la Divinidad, en cada expresión de vida, en los cuatro reinos naturales conocidos, y en los que, eventualmente, aún queden por descubrirse.
Podríamos imaginar tres dimensiones claramente definidas, o determinadas:
La primera, la de la Divinidad, separada por una tenue barrera, que no es otra cosa que una diferenciación vibratoria. Es decir, un nivel absoluto. Esa barrera podría imaginarse como una pared divisoria entre una dimensión y la que le sigue.
La segunda: El Alma Universal. En la que emana la Divinidad a la conciencia individual tantas veces como sea necesario en la eterna expansión de la Creación universal. Es el elemento de enlace entre la Divinidad y el ser emanado a la conciencia individual, en los cuatro reinos naturales. Además, es el hábitat, o  la dimensión espiritual en  que se desenvuelve el Espíritu, mientras se encuentre en estado de Espíritu. Es lo que se denomina fluido universal en la respuesta dada a la pregunta que comentamos. Es un departamento intermedio entre la dimensión de la Divinidad y la de la materia, que se analizará en el epígrafe siguiente. Hay una puerta de entrada de una dimensión a otra y es la del alma.
En la dimensión del Alma Universal existen una inmensa variante de Espíritus emanados a la conciencia individual, tantos como Espíritus existen en los cuatros reinos naturales, y con gradaciones de estados de conciencia que varían del cero grado al infinito, aunque jamás se agotará el infinito ascensional de la espiral evolutiva.
En el Alma Universal, cada Espíritu emanado a la conciencia individual, adquiere su propia alma individualizada. Es como decir, “su hogar personal” en el entorno cósmico, ubicado en el “lugar” en que adquirió conciencia individualizada. Constantemente se reubicará de acuerdo con sus estados, y grados, de conciencia, según su suma existencial, o densidad espiritual, regido por la ley de afinidad y las leyes que les son interrelacionadas: Amor, afinidad, justicia, igualdad y compensación, entre otras. Es como decir: -“Donde amas, allí está tu Espíritu y hábitat”. El grado de amor es el que ubica, o reubica, el hogar personal, en el eterno viaje de retorno a la fuente universal.
La tercera: La materia. Es condensación de la energía de acuerdo al grado vibratorio de los Espíritus elementales de la naturaleza. Esta dimensión es la que sirve de manifestación física a los demás reinos de la naturaleza: el humano, el animal y el vegetal.
Cada reino utiliza su propia e inherente combinación de la materia, de acuerdo al fin que le corresponde en el contexto de todas las cosas y a la naturaleza misma del Espíritu, en cada uno de estos reinos naturales.  
Por cada tipo de materia fundamental, específica, existe un Espíritu elemental, o la cooperación de un conjunto de ellos, simultáneamente, de acuerdo con las leyes de la física, de la química, y de la ley cósmica, en general.

Tema para meditar, en desarrollo y revisión:



jueves, 8 de agosto de 2013

DÍA A DÍA CON LA VERDAD UNIVERSAL: 08 de agosto



DÍA A DÍA CON LA VERDAD UNIVERSAL:

Comentarios exegéticos
sobre El Libro de los Espíritus, de Allan Kardec:
La obra cumbre del pensamiento universal:
08 de agosto

26. Se puede concebir el espíritu sin la materia y la materia sin el Espíritu?
–“Sí, ciertamente, con el pensamiento”-.

COMENTARIO EXEGÉTICO DE GIUSEPPE ISGRÓ C.

Ciertamente, el pensamiento es un atributo del Espíritu.
El Espíritu piensa en imágenes. Pensamientos e imágenes conforman ideogramas, o cuadros mentales, que permiten la percepción del conocimiento.
La matriz de este conocimiento es la idea,
Al tener la idea ya se posee la base y el fundamento para desarrollar, con mayor amplitud, el cuadro mental que conforma el conocimiento.
Las imágenes son percepciones del Espíritu, por observarlas, éste, directamente, del lugar mismo en que se encuentra el conocimiento, o el objeto de este. Esto ocurre bien sea que se encuentre en un lugar determinado, o en el propio archivo espiritual de la persona, o en el archivo espiritual –en el alma- de seres encarnados, o desencarnados, donde el Espíritu, en desdoblamiento, o proyección espiritual, lee esa información.
Dicha información, o contenido mental, lo transfiere a la conciencia objetiva, como intuición, en el acto de reincorporarse a la materia, o al propio cuerpo.
Si el Espíritu, en desdoblamiento, o proyección espiritual, es capaz de observar el objeto del conocimiento que percibe, también lo es para concebir, o percibir, al Espíritu exento de materia, en la dimensión espiritual.
Esa percepción del Espíritu, al margen de la materia, efectuada por el pensamiento, no es más que una observación efectuada directamente por el Espíritu, con la visión espiritual, y no con el sentido físico de la vista, y la capacidad de análisis por la lógica inductiva y deductiva.
Trasciende la visión física.
Al proyectarse el pensamiento al objeto que le ocupa la atención, y al centrar la atención en el mismo, expande la conciencia perceptiva, y observa directamente, ve con la visión del Espíritu, al Espíritu de otros seres, en la dimensión espiritual.
Al retrotraerse a la materia, en la conciencia objetiva, le concibe como una realidad.
La imagen de lo que vio la traduce en idea, ésta en pensamiento –o símbolo-, y el pensamiento de la idea, en el que medita, o reflexiona, se traduce en conocimiento.
Son concepciones de la realidad que se obtienen por intuición, -percepción del propio Espíritu proyectado- o por inspiración –comunicación de contenidos mentales por el pensamiento en el pensamiento, de un emisor a un receptor.
Se sabe sin conocer porque se sabe, en un momento dado. La concepción por conciencia perceptiva, es automática, efectuada sin el uso de la voluntad.
Es un dejarse ir hacia el objeto de los propios pensamientos, y estos se proyectan –junto con el Espíritu, de quien constituyen un atributo- percibiendo la realidad.
Se puede no solo concebir, sino ver objetivamente, la materia sin el Espíritu. Por ejemplo, el cuerpo de un ser cuyo Espíritu ha desencarnado.
Empero, sería ese un cuerpo inerte, ya que la causa de la vida se emancipó.
Pero, en sentido general, toda materia inerte, o cualquier tipo de materia, aparentemente inerte, está imbuida de un Espíritu elemental de la naturaleza, o de varios, cuando se conforman aleaciones.
Ver dentro de la materia, y más allá de ésta al Espíritu, es una percepción que transciende a los sentidos físicos.
Es más fácil verlo en un ser humano, que en los demás seres de los restantes reinos naturales: animal, vegetal y mineral.
Pero, en cada reino natural, cada cuerpo, y expresión de vida, y cada elemento, se encuentra conformado por tres entes básicos, y claramente definidos: Espíritu, Alma y cuerpo.
Aún en ese cuerpo del que se ha separado el Espíritu, percibir esa separación, precisa una concepción efectuada a nivel de los pensamientos.
A través de los pensamientos, proyectados en el espacio y en el tiempo, se percibe la realidad inherente. Esta trasciende a los propios pensamientos, que constituyen la fuente de los ideogramas que canalizan el conocimiento.
Esa es la razón por la cual se afirma, constantemente, que es preciso ver más allá de las apariencias para observar la realidad, en su esencia.

Por otra parte, para concluir, es preciso destacar que no es posible concebir la materia sin Espíritu, ya que, en los cuatro reinos naturales, toda materia, así como expresión de vida, está animada por su respectivo Espíritu. Es decir, viendo más allá de las apariencias, no existe materia sin Espíritu, en ninguno de los reinos naturales conocidos ni por conocer. 

Tema en desarrollo y revisión.