DÍA A DÍA CON LA VERDAD UNIVERSAL:
Comentarios exegéticos
sobre El Libro de los Espíritus, de Allan Kardec:
La obra cumbre del pensamiento universal:
09
de agosto
27. De tal modo, habrían dos elementos
generales en el universo: la materia y el Espíritu?
-“Sí, y, por encima de ellos, Dios, Creador
de cada cosa. Es aquí el principio de todo cuanto existe, la triada del
universo. Empero, al elemento materia es preciso agregar el fluido
universal, que constituye la parte intermedia entre el Espíritu y la materia
propiamente dicha, la cual es muy densa para que el Espíritu pueda actuar
directamente sobre ella”.
-“Este fluido, aunque, en cierto modo,
haya que considerarlo como parte del elemento material, se diferencia por
algunas propiedades especiales”.
-“Si este fluido fuese materia, no
habría razón para no suponer como tal también al Espíritu. Se encuentra entre
el Espíritu y la materia; es fluido, como la materia es materia, y, por las
innumerables combinaciones con ésta, bajo la acción del Espíritu puede producir
una infinita variedad de cosas, de las cuales vosotros solamente conocéis una
pequeñísima parte”.
-“Este fluido universal o cósmico, o
primitivo, o elemental, como el agente de quien se sirve el Espíritu, es el
principio sin el cual la materia quedaría en estado de perpetua disolución, y
no conquistaría jamás los caracteres que le dan la gravedad”-.
Este fluido sería, quizá, aquel que
nosotros definimos con el nombre de electricidad?
-“Hemos dicho ya que puede producir
innumerables combinaciones. Los agentes físicos que vosotros denomináis fluido eléctrico y fluido magnético, son
simples modificaciones del fluido cósmico, el cual, propiamente hablando, no es
sino materia más noble, más sutil que la propiamente denominada así”-.
COMENTARIO EXEGÉTICO DE GIUSEPPE ISGRÓ
C.
Quizá sería más propicio decir:
Espíritu, Alma -elemento de enlace- y
Materia, -condensación de energía-.
El Espíritu, como emanación de la
Divinidad, sin separarse de la Divinidad y sin dejar de ser la Divinidad, en
cada expresión de vida, en los cuatro reinos naturales conocidos, y en los que,
eventualmente, aún queden por descubrirse.
Podríamos imaginar tres dimensiones
claramente definidas, o determinadas:
La primera, la de la Divinidad,
separada por una tenue barrera, que no es otra cosa que una diferenciación
vibratoria. Es decir, un nivel absoluto. Esa barrera podría imaginarse como una
pared divisoria entre una dimensión y la que le sigue.
La segunda: El Alma Universal. En la
que emana la Divinidad a la conciencia individual tantas veces como sea
necesario en la eterna expansión de la Creación universal. Es el elemento de
enlace entre la Divinidad y el ser emanado a la conciencia individual, en los
cuatro reinos naturales. Además, es el hábitat,
o la dimensión espiritual en que se desenvuelve el Espíritu, mientras se
encuentre en estado de Espíritu. Es lo que se denomina fluido universal en la respuesta dada a la pregunta que comentamos.
Es un departamento intermedio entre la dimensión de la Divinidad y la de la
materia, que se analizará en el epígrafe siguiente. Hay una puerta de
entrada de una dimensión a otra y es la del alma.
En la dimensión del Alma Universal
existen una inmensa variante de Espíritus emanados a la conciencia individual,
tantos como Espíritus existen en los cuatros reinos naturales, y con
gradaciones de estados de conciencia que varían del cero grado al infinito,
aunque jamás se agotará el infinito
ascensional de la espiral evolutiva.
En el Alma Universal, cada Espíritu
emanado a la conciencia individual, adquiere su propia alma individualizada. Es
como decir, “su hogar personal” en el entorno cósmico, ubicado en el “lugar” en
que adquirió conciencia individualizada. Constantemente se reubicará de acuerdo
con sus estados, y grados, de conciencia, según su suma existencial, o densidad
espiritual, regido por la ley de afinidad y las leyes que les son
interrelacionadas: Amor, afinidad, justicia, igualdad y compensación, entre
otras. Es como decir: -“Donde amas, allí
está tu Espíritu y hábitat”. El grado de amor es el que ubica, o reubica,
el hogar personal, en el eterno viaje de retorno a la fuente universal.
La tercera: La materia. Es
condensación de la energía de acuerdo al grado vibratorio de los Espíritus
elementales de la naturaleza. Esta dimensión es la que sirve de manifestación
física a los demás reinos de la naturaleza: el humano, el animal y el vegetal.
Cada reino utiliza su propia e
inherente combinación de la materia, de acuerdo al fin que le corresponde en el
contexto de todas las cosas y a la naturaleza misma del Espíritu, en cada uno
de estos reinos naturales.
Por cada tipo de materia fundamental, específica, existe un Espíritu elemental, o la cooperación de un
conjunto de ellos, simultáneamente, de acuerdo con las leyes de la física, de
la química, y de la ley cósmica, en general.
Tema para meditar, en desarrollo y
revisión:
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