sábado, 15 de febrero de 2014

216. Manifiesta, el ser humano, expresiones del carácter moral de sus existencias anteriores?


15 de febrero

EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS, DÍA A DÍA
Uno de los mejores libros de todos los tiempos!!!
Autor: Allan Kardec

216.   Manifiesta, el ser humano, expresiones del carácter moral de sus existencias anteriores?
-“Si, puede suceder; empero, él, mejorando, cambia. También la diversidad de condiciones sociales tiene sobre esto una gran influencia: si de condición social relevante se pasa a otra humilde, sus gustos cambiarán del todo, y costará reconocerlo. Es cierto, pero, que, siendo el Espíritu siempre el mismo en las diversas encarnaciones, sus manifestaciones, al pasar de una a la otra, pueden tener ciertas analogías, modificadas solamente por las costumbres de su nueva condición; pero, llega el día en el cual un notable mejoramiento le cambia del todo el carácter, por cuanto de orgulloso y malvado, si se arrepintió, puede transformarse en humilde y humano”-.

COMENTARIO EXEGÉTICO GIC:

El Espíritu arrastra en sí, de una vida a otra, el bagaje de experiencias que ha acumulado, en forma de aptitud para percibir, comprender, hacer o dejar de hacer. Esta aptitud, se expresa, también, como carácter, actitud, dignidad y virtudes, en general, en ambas polaridades.

Para un Espíritu acostumbrado a sacar el mejor partido posible, en todas las circunstancias, es indiferente el ambiente en que se reencarna. Aún en situaciones adversas, o aparentemente adversas, sacará los mejores resultados factibles. 

Su dignidad se expresará en su carácter como tenacidad, cumplimiento del propio deber, honradez, sentimiento del honor, responsabilidad y anhelo de cultivarse en elevado grado. El nivel alcanzado hasta su última existencia se manifestará en la nueva, en ambas polaridades. Ha cambiado el cuerpo, la vestimenta, o el rol sexual. Ahora puede haber nacido en el sexo opuesto, de acuerdo con la nueva misión que trae, pero, la personalidad expresada es la misma.

Si es un Espíritu muy adelantado, su genio se manifestará en cualquier situación que afronte y realizará su obra maestra, donde otros, de menor desarrollo evolutivo -de conciencia-, en mejores condiciones, no sabrían que hacer con lo que tienen entre las manos. Es una cuestión de visión, y ésta la aporta la aptitud desarrollada por la experiencia inherente, en cada caso y es equivalente al grado de conciencia alcanzado.

Esa es la razón por la cual un humilde subalterno puede mandar y hacerse obedecer aún por los de mayor nivel jerárquico, humanamente hablando. Esto porque, a nivel espiritual, lo que se impone es el estado de conciencia alcanzado, que aporta la visión equivalente, y aquí, el más predomina sobre el menos. Pero, ambos, son eslabones cooperantes de la misma cadena de la fraternidad universal.

Evidentemente, quien sabe ver, percibirá, siempre, el nivel de conciencia que expresa cada ser con quien se entra en contacto, en los cuatro reinos naturales. Es un reconocimiento casi instantáneo. Pero, el que, realmente tiene elevados estados de conciencia, coopera en el desarrollo de quienes le siguen en la escala evolutiva, pero, tiene la vista puesta en quienes les preceden en el camino, tanto encarnados como desencarnados, sin importar las épocas en que han vivido en el planeta, para aprender de ellos. Esa es la razón de su búsqueda constante por el estudio de las obras de su ingenio, de los pensadores de todos los tiempos y países. 

A quien lo ha hecho de esta manera en muchos ciclos de vida, en cada nuevo en que reencarne, sabrá lo que debe hacer, ya que, esta aptitud desarrollada forma parte de su propia naturaleza. Aunque en la nueva existencia empieza en las condiciones menos favorables, su Espíritu domina el proceso creativo y de un desierto será capaz de crear un oasis o una fértil zona de cultivos.

Evidentemente, los roles cambian de una vida a otra, y podría asumirse uno nuevo en el cual el Espíritu no tenga experiencias, pero sabrá aprender con facilidad, sin importar el esfuerzo precisado, ya que su experiencia en otras áreas aflorará en cualquier otra en que actúe en un momento dado.

Es lo que ocurre con el método científico en la formación académica; no importa en que carrera se forme; el dominio del proceso de investigación de una le sirve en todas, ya que, al final se trata de trabajar con el qué, con el cómo, con el dónde, con el quién, con el cuándo, con el cuánto y con el por qué debe hacerse.

Conocido el qué, los demás elementos aflorarán por el cultivo del arte, o por intuición o inspiración, o a través del ensayo y el error, hasta alcanzar el resultado apetecido. 

La misma vida, a través del mecanismo de necesidades, anhelos o deseos, pondrá en movimiento sus energías creadoras para realizar el plan que, cada ser, trae en cada ciclo existencial, para su realización.

Por supuesto, cada nuevo ciclo de vida, aportará transformaciones en la propia personalidad, y en el carácter, generalmente, de menos en más, aunque puedan haber etapas de aparente estancamiento, al igual que el árbol que se pasma, mientras sus raíces buscan nuevas fuentes de nutrientes. Empero, al encontrarlas, alcanza una frondosidad insospechada que asombra a todos cuanto le vieren en ambas circunstancias.

Por último, recordemos que, cada ser, en los cuatro reinos naturales, es la misma Divinidad manifestada sin dejar de ser la Divinidad y sin haberse separado de la Divinidad, y Ella cuidará de sí misma, por medio del lenguaje de los valores universales expresados en la conciencia. Es que, la conciencia del Espíritu, en los cuatro reinos naturales, es la réplica exacta de la conciencia de la Divinidad. Al mismo tiempo, de acuerdo con las necesidades que el ser afronta, se expresa, en grado equivalente, el poder potencialmente infinito que posee para hacerle alcanzar la satisfacción de la misma, o superar cualquier cualquier adversidad, o prueba de vida, para su aprendizaje, o realizar cualquier objetivo de vida. 

Conocimiento y poder que la Divinidad posee desarrollado en grado infinito en todas las vertientes y variantes, pero cada ser precisa desarrollar en el eterno retorno del ser individual al Ser Universal, sin alcanzar jamás la totalidad, ya que siempre encontrará un más allá en progreso, afortunadamente.

 Empero, es el eterno trabajo que la Divinidad realiza, por medio de la diversidad, para desarrollar su propio potencial infinito, en la expansión de la Creación, donde nada permanece estático, ni para siempre, sino que, a través del cambio incesante, realiza su propósito cósmico.

Adelante.


En revisión.
15-02-2015







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