DÍA A DÍA CON LA VERDAD
UNIVERSAL:
Comentarios exegéticos
sobre El Libro de los
Espíritus, de Allan Kardec:
La obra cumbre del pensamiento
universal:
10
de agosto
28. Por cuanto el Espíritu es, también él, alguna cosa, no sería
más exacto y menos vago denominar a estos dos elementos generales materia
inerte y materia inteligente?
-“Las palabras nos importan poco, a nosotros; precisad vuestro
lenguaje de modo que os podáis entender. Vuestras disputas provienen casi
siempre por estar en desacuerdo sobre el significado de los vocablos, por ser vuestra
capacidad insuficiente para expresar las
cosas que dejan de entrar dentro de la percepción de vuestros sentidos”-.
Comentario de Allan Kardec: Un hecho evidente
domina todas las hipótesis, el cual es que vemos, por una parte, la materia no
inteligente; por la otra, un principio inteligente que no depende de la
materia. Pero, cuáles son el origen y las conexiones de estas dos cosas, lo
ignoramos. Si tenemos o no un origen común, o puntos de contacto necesarios; si
la inteligencia existe de por sí, o es solamente una propiedad, un efecto; si ella,
según la opinión de algunos, es una emanación de la Divinidad ; lo
desconocemos. Materia e inteligencia nos parecen diferentes, por lo cual las
vemos como dos principios que constituyen el universo. Por encima, además, de
cada cosa, vemos una inteligencia que domina todas las demás, las gobierna, y
se distingue por sus atributos esenciales; a esta inteligencia suprema, la
denominamos Dios.
COMENTARIO
EXEGÉTICO DE GIUSEPPE ISGRÓ C.
La materia
y el Espíritu, constituyen partes de dos dimensiones diferentes: La física y la
espiritual. Ya se ha estudiado como la materia es condensada a partir de la
energía por el respectivo Espíritu elemental de la naturaleza. Por ejemplo: El
hierro, la plata, el oro, el plomo, el estaño, etcétera.
Viendo
más allá de las apariencias, en la materia inerte existe un estado vibratorio
constante, que es el del Espíritu que lo trae a la manifestación física, y lo
mantiene en ese estado. Es una energía en constante movimiento. Al separarse el
Espíritu de la materia, se efectúa un proceso de desintegración de la misma y
la energía que la conformaba retorna al depósito universal. El Espíritu, a su
vez, queda libre de la materia y automáticamente se encuentra en la dimensión
espiritual, en la frecuencia vibratoria que le es inherente.
En
cuanto a la materia inteligente, lo es, en los cuatro reinos naturales, por el
atributo de la inteligencia que posee el Espíritu que la anima, en determinado
ser de los cuatro reinos naturales.
Todo
el maravilloso proceso inteligente que realiza la materia, en cualesquiera de
sus formas: mineral, vegetal, animal y humana, se lleva a cabo por la
programación espiritual que se encuentra en el alma, como elemento de enlace, entre
el Espíritu y el cuerpo y por la dirección del Espíritu en calidad de
conductor. La diferencia entre las manifestaciones inteligentes en cada ser de
los cuatro reinos naturales, se deben a las variaciones en el desarrollo de las
aptitudes del respectivo Espíritu.
Estas
variaciones en el grado de expresión de la inteligencia, entre un ser y otro de
la misma especie, se debe a la desigualdad en el nivel evolutivo, o estado de
conciencia, del Espíritu en cuestión.
Cada
Espíritu tiene su propia historia. Si ha evolucionado más, lo expresará en el
mayor desarrollo de sus aptitudes. Por supuesto, esas aptitudes, que
constituyen capacidades de ver, comprender, hacer o dejar de hacer, entre otras
cosas, denotan, claramente, esa diferencia evolutiva.
En
toda materia inteligente, lo que se expresa es la inteligencia del Espíritu que
la anima.
A su
vez, toda inteligencia individualizada, es el mismo atributo divino que posee
el Ser Universal, o Divinidad.
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