DÍA A DÍA CON LA VERDAD UNIVERSAL:
Comentarios exegéticos
sobre El Libro de los Espíritus, de Allan Kardec:
La obra cumbre del pensamiento universal:
07 de agosto
25. El Espíritu es independiente de la materia, o
es, en cambio, una propiedad de ella, como los colores los son de la luz, y el
sonido, del aire?
-“El uno es distinto de la otra;
empero, es necesaria la unión de ambos para dar una inteligencia a la
materia”-.
Es, quizá, igualmente necesaria esta
unión también para la manifestación del Espíritu?
-“Es necesaria para vosotros, ya que
no estáis organizados para percibir el Espíritu libre de la materia: las
limitaciones de vuestros sentidos no lo permite”-.
COMENTARIO EXEGÉTICO DE GIUSEPPE ISGRÓ
C.
Toda expresión de vida, en la
dimensión física del planeta Tierra, y en cualquier mundo del universo,
-siempre físicamente hablando-, está conformada, por lo menos, por tres entes
claramente diferenciados, entre sí: El Espíritu, o ente inteligente; el Alma, o
periespíritu, como elemento neutro de enlace entre el Espíritu y el cuerpo; y el
cuerpo, vehículo que funge como elemento
fundamental para la expresión física de la vida, en los cuatro reinos
naturales.
Una es la ley cósmica que rige todo en
la Creación Universal. Cada ser, en los cuatro reinos naturales, está conformado
por Espíritu, Alma y cuerpo. Dejamos
sentado este principio en forma clara, precisa y contundente, para corregir, definitivamente,
cualquier equívoco al respecto. Hasta los animales, los vegetales y los
minerales, están conformados por Espíritu, Alma y cuerpo; es decir, en toda
expresión física, la fuente de la vida es el Espíritu.
El Espíritu, como se ha expresado
reiteradamente, está conformado por la misma esencia de la Divinidad, sin
separarse de la Divinidad y sin dejar de ser la Divinidad.
Igualmente, el Espíritu está dotado de
todos los atributos divinos del Ser Universal, y del poder potencialmente
infinito que le es inherente, que expresará sin límites de ninguna naturaleza,
en la eterna polarización, en el eterno retorno del ser individual al Ser
Universal.
Esto, algunas corrientes de pensamiento
lo han denominado un proceso de involución-evolución. Es la teoría del eterno
retorno. El viaje de regreso a la fuente, de la cual, en un momento dado, se ha
emanado a la conciencia individual: No creado, sino emanado de la Divinidad,
sin separarse de la divinidad que ha existido siempre, y sin dejar de ser la
Divinidad.
Cada ser emana perfecto a la
conciencia individual; lo que
evoluciona, en sí, es cada uno de los estados de conciencias relativos a los
valores universales, o atributos divinos, pasando por todas las estaciones –o grados-,
del cero al infinito, mediante cuyo proceso encuentra siempre un más allá en
conocimiento de la verdad universal, de los valores universales, del uso del
poder creador -potencialmente infinito- que le es inherente, y de los objetivos de cooperación en la
realización de la Gran Obra, en la expansión de la Creación universal.
Todo este bagaje de realización
cósmica se encuentra regido por los planes trazados por el Gran Arquitecto del
Universo en la Ley Cósmica, cuyo soporte constituye cada uno de los valores
universales.
Igualmente, en cada uno de los
Espíritus de los cuatro reinos naturales se encuentra una réplica exacta de la
Conciencia del Ser Universal, en la cual se expresa, por medio del lenguaje de
los sentimientos relativos a los valores universales, la misma Divinidad, en
una acción pedagógica constante, y perenne.
Al mismo tiempo, toda expresión de
vida es la única vida que existe: la de la Divinidad. Por eso se habla que todo
es UNO.
La Divinidad es voluntad y anhelo de
ser a nivel universal, en la eterna expansión de la Creación, y cada ser que
emana a la conciencia individual, en los cuatro reinos naturales, sin separarse
de la Divinidad, y sin dejar de ser la Divinidad.
Cada ser es el instrumento de ese
anhelo de realización y la voluntad de su expresión, en todas sus vertientes y
variantes, desde un grado cero al infinito, encontrando, como ya fue dicho, siempre
un más allá sin límites de ninguna naturaleza.
La Divinidad Universal jamás agotará
el total del caudal de su potencial realizador, y de sabiduría de los valores
universales impresa en la ley cósmica y en la conciencia de cada ser, o toda expresión
de vida, en los cuatro reinos naturales conocidos, y en los eventuales otros
por conocer.
Es importante destacar que el Espíritu
interactúa, simultáneamente, en ambas dimensiones: Espiritual y física, en
forma constante, aun cuando no tenga conciencia objetiva de ello.
El fenómeno, de interrelación entre
ambas dimensiones, se realiza por medio de la facultad de desdoblamiento, o proyección espiritual.
Pero, lo que el Espíritu realiza en la
dimensión espiritual no lo registran los sentidos físicos, razón por la cual no
conserva un recuerdo claro en la conciencia objetiva.
Esto se explica por el viejo aforismo
de que, lo que no pasa por los cinco sentidos no
se encuentra en la conciencia, cuyo primer exponente fuera Aristóteles, y
posteriormente, Francis Bacón. Empero, esto es, únicamente, una verdad a media,
ya que, muchas de las realizaciones, o percepciones que el Espíritu realiza en
esos breves intervalos, en la dimensión espiritual, aunque sean de escasos segundos,
las recuerda como intuiciones, o ideas que les vienen a la mente sin saber de dónde
las obtiene: Es decir, sabe sin saber
cómo ni porque sabe. De esa interrelación con el mundo espiritual, obtiene,
también, incontables inspiraciones, que
no son más que la comunicación de contenidos mentales de entes encarnados, o
desencarnados, comunicando pensamientos dentro del pensamiento, que aportan
ideas que le conducirán, a cada quien, al desarrollo de las mismas, o de
orientación, o guía, en la realización del propio trabajo. Homero es uno de los genios que describió con precisión esta
interrelación entre ambas dimensiones, tanto en la Ilíada como en la Odisea. Es
una faceta de la obra homérica que es preciso profundizar. Platón, en el
diálogo Ion, también desarrolla este tema en forma admirable. (En el Blog
Verdad Universal se encuentran tres amplios trabajos sobre la
Intuición, la Inspiración y el Desdoblamiento, o proyección espiritual).
El Espíritu interactúa, como fue
dicho, en ambas dimensiones: La Espiritual y la física, simultáneamente.
Sería beneficioso que los seres
humanos se abocasen al estudio serio y profundo de las facultades del Espíritu,
para optimizar esa interrelación. La
primera obra que estudia a fondo, en la historia de la humanidad, y con
conocimiento de causa, las facultades espirituales, es El Libro de las
facultades espirituales, del ilustre maestro de Lyon, Allan Kardec. Esta obra,
que estamos traduciendo, podrá leerse en nuestro Blog: El libro de las
facultades.
Quilón, el Lacedemonio, en el siglo VI
antes de nuestra era, inscribió su precepto, en Delfos: -“Hombre, conócete a ti
mismo, que el estudio propio del hombre no es conocer a Dios, sino conocerse a
sí mismo”. Mahoma, al inicio del siglo VII de nuestra era, acuño el aforismo: -“Conócete,
y conocerás a Dios”.
Cada ser debe centrar su atención en
conocer su propio ser en los tres entes que le conforman, con el fin de
aprovechar al máximo su misión existencial en la expresión física de la vida.
Se tendrá ocasión, a lo largo de estos
comentarios exegéticos, y del estudio de la obra que se comenta, de analizar a
fondo, dentro de lo posible, cada uno de los entes que conforman cada ser, o
expresión de vida, en sus tres elementos constitutivos: Espíritu, Alma y
Cuerpo.
Tema en desarrollo y revisión.
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